Las reliquias

El vestido de la Virgen María

La reliquia es un antiguo tejido de carácter doméstico. Se supone que se usó como ropa interior, como indica el antiguo nombre de la reliquia, camisia («camisa» o «camisón»). Está hecha de lino de color natural, con líneas en sentido vertical y horizontal formando una cuadrícula. En Israel, el lino y el algodón se encontraban solo en la costa y en las tierras bajas del Jordán, así que para las tareas cotidianas se utilizaban principalmente tejidos de lana. El vestido, elaborado de una sola pieza sin costuras, presenta en el cuello un ribete finamente bordado de diseño serpenteante. Dos cortes verticales en los lados inferiores del dobladillo llevan también un bordado serpenteante aunque diferente al del cuello. La manga izquierda fue probablemente más larga antes, ya que parece haberse cortado una parte de la misma. Es la única de las cuatro reliquias de la Catedral de Aquisgrán que se despliega durante el período de la peregrinación. El vestido mide 153 cm de largo, tiene una envergadura de manga a manga de 132 cm y la circunferencia del dobladillo es de 246 cm.

El vestido de la Virgen María (c) Domkapitel Aachen / Andreas Schmitter

Los pañales de Jesús

Es un tejido marrón grueso y muy apelmazado que casi parece un fieltro. En el período que transcurre entre las peregrinaciones, se conserva doblado en tres pliegues. Cuando se despliega, se puede ver su forma trapezoidal. Su borde superior está abierto formando una especie de escote semicircular. En Aquisgrán se cuenta desde hace tiempo que los pañales de Jesús se hicieron a partir de las calzas de San José. Según la tradición, estas se cosieron dando forma a una especie de «envoltorio» cerrado por tres lados. Y es precisamente esta leyenda la que nos recuerda que los pañales de Jesús simbolizan sobre todo su pobreza. Durante la peregrinación, los pañales permanecen atados con una cinta de seda.

Los pañales de Jesús (c) Domkapitel Aachen / Angelika Kamlage

La tela de la decapitación de Juan el Bautista

La reliquia que se muestra en tercer lugar es la tela de la decapitación de Juan el Bautista. Esta reliquia es venerada como símbolo de la fidelidad del profeta hasta la muerte. Según la tradición, se dice que la cabeza de Juan el Bautista fue envuelta en ella después de su ejecución ordenada por el rey Herodes Antipas. La tela es un damasco finamente tejido y tiene forma rectangular. Las dimensiones y la calidad de la tela sugieren que su propietario era una persona adinerada. Presenta manchas de sangre y agujeros grandes, ya que partes de esta pieza se regalaron como reliquias a otros centros de la fe católica. Para su exhibición y veneración permanece plegada, una vez longitudinalmente y dos veces transversalmente, y atada con una cinta de seda.

La tela de la decapitación de Juan el Bautista (c) Domkapitel Aachen / Angelika Kamlage

El lienzo que cubría las caderas de Jesús en la cruz

La tela áspera de color blanco grisáceo de la que está hecha esta reliquia fue probablemente cortada de una prenda más grande, que, se supone, pudo haber sido una túnica. Así lo sugieren dos insertos claramente visibles, uno de los cuales aún se conserva completamente. Esta reliquia de Aquisgrán tiene forma de triángulo con la punta superior redondeada. Dado que el estado del material requiere una manipulación cuidadosa, el lienzo no se despliega completamente ni siquiera durante el período de la peregrinación. Está atado con una cinta de seda que forma una cruz de dos travesaños. La cuestión de si Jesús llevaba una pieza de tela ceñida a la cintura durante la crucifixión ha sido ampliamente discutida por los teólogos. La historia bíblica de la Pasión no hace ninguna referencia al respecto, pero relata que los soldados se repartieron las ropas de Jesús y echaron a suerte su túnica. Y era costumbre tanto romana como judía dejar al condenado un paño que ocultara su desnudez.

El lienzo que cubría las caderas de Jesús en la cruz (c) Domkapitel Aachen / Angelika Kamlage